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A nivel mundial, los casos de abuso y violencia sexual siguen en aumento en muchos países, llegando a afectar a mujeres y hombres de todas las edades, sobre todo en edades infantiles. Ante esta problemática, uno de los principales pasos para actuar frente a un caso de este tipo, es saber identificar la diferencia entre violencia y abuso.

Si bien se trata de dos actos que pueden causar grandes daños a la salud física y mental de una persona, el modo en que se manifiestan es muy diferente, y muchas veces pueden incluso tomarse como una pequeña broma sin importancia, pero que en realidad puede llegar a sobrepasar los límites de una persona.

La detección temprana de un caso de violencia o abuso que pueda estar sufriendo una persona, puede ser esencial para actuar a tiempo y detener la situación, evitando que las consecuencias para la víctima puedan ser peores, llegando al punto de poner en riesgo su vida.

¿Qué es el abuso sexual y cómo se manifiesta?

Al hablar de abuso sexual, este concepto se refiere a todo tipo de acto de índole sexual al que es sometida una víctima, sea menor o mayor de edad, por parte de un perpetrador que realiza los actos en contra de su voluntad, pero sin necesidad de incluir la penetración sexual.

Este suele ser uno de los tipos de abuso más difíciles de detectar, puesto que puede manifestarse a través de actos que muchas veces pueden ser “aceptados” socialmente, pero que en realidad pueden causar incomodidad, miedo y angustia en una persona que lo sufra.

Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y Empoderamiento de la Mujer, conocida también como ONU Mujeres, en el mundo al menos el 40% de las adolescentes han reportado haber sido víctimas de algún tipo de abuso sexual en sus vidas.

¿Qué es la violencia sexual y cómo se identifica?

Por otro lado, la violencia sexual es muy similar al abuso, pero en este caso, además del contacto de naturaleza sexual indebido al que se somete a una víctima, se agrega la obligación por parte del abusador a realizar relaciones sexuales con la víctima, incluyendo la violencia física y la penetración oral, anal o vaginal sin su consentimiento.

Se trata de un tipo de abuso mucho más serio, pero que igualmente puede causar importantes daños a la salud física y mental de la víctima, dando paso a trastornos que pueden cambiar por completo su vida y personalidad, así como traumas que requerirán de constantes terapias psicológicas para poder superar.

En este caso, la Organización Mundial de la Salud (OMS), establece que entre el 10 y el 30% de las mujeres de 15 a 49 años de edad en el mundo, han sido víctimas de violencia durante su primera experiencia sexual, siendo obligadas a practicar relaciones sexuales a la fuerza.

¿Cómo identificar la diferencia entre violencia y abuso?

Para frenar el crecimiento de las cifras a nivel mundial y evitar que cada vez más personas continúen siendo víctimas de estos tipos de abuso, es importante conocer cómo se manifiestan y cuáles son las diferencias entre violencia y abuso, para así tomar las acciones adecuadas a tiempo.

INFOGRAFÍA

¿Qué hacer ante un caso de abuso o violencia sexual?

Teniendo en cuenta que, tanto el abuso como la violencia sexual son problemas que pueden llegar a causar importantes daños a la salud física y mental de una víctima, la actuación temprana resulta clave para detener este tipo de hechos y evitar consecuencias peores.

Además, en el mundo también existen diferentes organizaciones en contra del abuso sexual e instituciones que brindan apoyo al momento de enfrentar ente tipo de casos. En los Estados Unidos, por ejemplo, es posible comunicarse a estas instituciones:

• Agencia Estatal de Servicios De Protección al Menor: 1-800-843-5678 
• Línea Stop it Now: 1-888-PREVENT (888-773-2362)
• Childhelp: 1-800-4-A-CHILD (800-422-4453)
• 911: En casos en los que la vida de la víctima corra peligro, por ejemplo cuando se emplea la violencia física.

Conociendo las diferencias entre violencia y abuso, es posible contribuir con la lucha en contra de estas dos problemáticas que continúan afectando a millones de víctimas, niñas, niños, mujeres y hombres a nivel mundial.

Es importante evitar el silencio y actuar lo más pronto posible, denunciando cualquier tipo de acto que ponga en riesgo la integridad y salud de una persona, antes de que sea demasiado tarde.